jueves, 19 de agosto de 2010

FACILIDAD O FELICIDAD

               Les paso este poema de Ernst Bertram, el original está en alemán y sé que aunque todos manejan a la perfección el idioma… se los pongo en español para agilizar tiempo… (aha…=) ), el poema está escrito desde la forma en que un cedro afronta la vida:
«Yo crezco despacio. Mi tiempo
es todo paciencia.
De todo me serví para crecer.
No maduré repentinamente, ni me helé con el frío.
Crecí en la oscuridad; de ella ascendí.
Crezco en la luz, en ella me acuno.
Crezco en la carcoma, que en mí se clava.
Crezco en la tormenta, que por mí corre.
A todas las fuerzas las obligo a transformarse,
para que hagan subir mi tronco hacia arriba.
Soporto con paciencia el relámpago, el calor y el aguacero.
Sólo sé que tengo que crecer.
y miro desde lo alto a todo el mundo,
 y cuando llegue la hora que me derribe,
seré adorno del templo y del Paraíso
de Dios, que me dejó crecer.»
               Y esto viene a cuento porque hace un rato recibí dos correos electrónico, con inmenso gusto y sorpresa pues vienen de personas que no se conocen entre sí, que quiero mucho y que hace algunos años que tenía algo extraviadas… como son personas que también me quieren, me preguntaban de una u otra manera si soy feliz…
               Y ¡qué fácil me brota la respuesta pero qué difícil encontrar las palabras justas! De todo corazón y quizás con algo de sorpresa descubro todos los días ¡qué soy enormemente feliz! ¡Hondamente y plenamente feliz! Y al responderles me hacían reflexionar sobre el hecho de que felicidad y facilidad no tienen por qué ir de la mano.
               La vida hay que tomarla con actitud, como se suele decir “con filosofía” – que para mi… la única “filosofía” capaz de soportar los tremendos pasos que nos pide el mismo ritmo de la vida es la vida de fe… no me creo capaz de enfrentarme elegantemente a la vida sin fe…-, pues no nos podrá siempre las cosas como las esperamos, y esto me hizo recordar el poema del inicio, que en su momento fue fuente de mucha luz en mi vida personal. Así me veo yo, como una plantita que ha decidido que va a crecer, pero que ese crecimiento no será rápido mi tiempo es todo paciencia,… No maduré repentinamente, ni me helé con el frío. Que sabe que no tiene la fuerza para activa y positivamente crecer sin descanso pues falla mucho y no sabe tomar siempre la decisión correcta y poner los mejores medios, por lo cual A todas las fuerzas las obligo a transformarse, para que hagan subir mi tronco hacia arriba… no puedo controlar las “enemil” situaciones que llenan la vida interior y exterior, no soy capaz y no creo que Dios me lo pida, pero lo que sí es que me pondré en la situación tal que lo que va a suceder y no puedo cambiar… me ayude a crecer, a llegar a la meta A todas las fuerzas las obligo a transformarse, para que hagan subir mi tronco hacia arriba… lo que me fascina, lo que “me parece bien”, lo que no me parece pero no puedo evitar… hasta lo que me cuesta, me lastima… si ha de pasar, que no pase en vano. Soporto con paciencia el relámpago, el calor y el aguacero. Sólo sé que tengo que crecer.
               Y la vida está en manos de Dios, así que será no sólo buena sino lo mejor posible en resultado entendamos o no nosotros el método utilizado ¡cuántas veces nuestra lucha es contra el camino que la vida lleva y no tanto con el destino al que nos lleva! ¿Tal cosa te cuesta? ¡sí! Pero… ¿esa determinada cosa te ayuda a llegar a la meta? Mmm… sí… Pues, anda y sácale el mayor provecho.  
               Así la vida nos va fortaleciendo pero no endureciendo, nos hacemos más capaces de ponernos en los zapatos ajenos, no sólo por una compasión bonachona (y tantas veces inútil) sino para mostrar una mayor amistad que varias veces tomará la forma de exigencia para ir a más, en el tiempo y forma que necesite la otra persona, pero siempre yendo a más por amor.
               Vuelvo al punto inicial ¿quién dijo que la facilidad da la felicidad?

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