Tres veces al año tengo, sin duda, unos de los mejores momentos de mi vida. No exagero.
Tres veces sin engaño (imposible no aludir a cierta y lejana Paquita aún entre estos paquitos de otra raíz...#ChisteMaloYBicultural) me suele tocar dar la comunión durante la misa y luego llevar a Cristo Eucaristía de regreso al Sagrario. Sólo en esos momentos sé que aquello que creo que Dios me pide hacer se cumple sin duda, doy a Cristo y le llevo por los pasillos de la universidad.
Cada vez me tiembla más la mano, cada vez sonrió más ampliamente a los chicos que se acercan a recibir lo mejor que les puedo dar (y solo porque me ha sido dado a mi primero, gratuita y reiteradamente) Cada vez estoy más cerca de abollar un poco el cáliz de camino a la capilla de tan fuerte como lo abrazo. Son de las mejores acciones de gracias, de las más esponsales y maternales. Cada vez más sinceramente se que no merezco todo esto pero lo agradezco vitalmente.
Les miro y pienso en ese texto de San Juan "yo por ellos me consagro" no a ellos, pero sí para ellos. Para todos, para cada uno. Para que en este periodo de su vida, tan apasionante y tan lleno de posibilidades de todo tipo, algo quede grabado a fuego: a Dios se puede volver siempre. Así como espero que todos conozcan la universidad de tal modo que sepan llegar a cualquier punto de ella, que conozcan de Cristo por lo menos eso, su amor incondicional. Lo demás viene por añadidura.
Creo que ese es el RC que hay en mi y aquí. Gracias chicos y equipo del CM por hacerlo tan conmovedoramente posible #experienciaCM #familiaRC #consaufv
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