Hay flores generosas, como arriesgadas y valientes.
Un poco de sol, la tibieza suficiente y hala, a explotar... De rosa, de blanco o de salmón.. A explotar.
A llenarle los ojos a alguien más de color, de belleza y de promesa, que hasta el más miope y analfabeto reconoce primavera en tu valentía.
Pero quien ha sido herido, sabe que en la primavera aún puede nevar, helar y llover a cántaros, te mira con algo de preocupación por tu precoz reacción... Qué aún va a helar, que a dónde vas explotando en flores tan pronto... Qué si el fruto y que si el verano, que eres bello pero te perderás... Y eres muy bello para perderte.
Pero tú, flor valiente y generosa, sabes que maridas como nadie contra el azul del cielo madrileño, y nos dices a quienes te vemos con asombro y preocupación, que te disfrutemos y así la belleza no estará perdida. Y te recordemos cuando hiele y llueva a cántaros, sabiendo que volverás a explotar a la primera oportunidad.
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