sábado, 9 de abril de 2011

Di no al chisme... ¿te atreves?

Definitivamente lo mejor de esta entrada o post es el vínculo que les dejo al final. El P. Cantalamessa me parece ser un hombre de Dios, con el corazón en el cielo y los pies en la tierra. En esta nota de Zenit habla sobre la necesidad de erradicar el chisme... ¿por qué? Él elenca mejor que yo las razones y reflexiones al tema, yo añado algunas de mi cosecha:

1. Información es poder: por lo tanto, aquel o aquella que sabe ALGO más que el resto, tiene un poder... y si no lo sabe, lo intuye, y si ni siquiera lo intuye... muchas veces lo "elabora" (léase, lo inventa...miente pues), pero todo con el fin de dominar, no de servir.

2. El chisme es como una bomba a distancia: es propio de su naturaleza no tener "cabeza", y al que no tiene cabeza pues nadie se la corta, es decir, no hay una autoría clara y valiente que muestre su punto de vista con intención de diálogo abierto (algo similar a lo que comenté en un post anterior sobre la agresividad por medio de comentarios en páginas de internet). No se atreve a oponerse y asumir la consecuencias, no sabe argumentar su postura, o (en muchos de los casos), ni siquiera tiene una postura que defender, realmente tampoco está en oposición, solo quiere dividir, lanzar un venenito... qué pena.

3. El chisme no conlleva responsabilidades: muy similar al punto anterior. Cuando algo no nos parece y así lo hacemos saber a los implicados, somos responsables de nuestra opinión. Quizás se tome en cuenta en un plan "provisional" o "experimental", habrá que jugársela para dar razón, hacer crecer... y aceptar el fracaso cuando sea el caso, saber decir, "me equivoqué y los otros tenían razón"... o no vanagloriarse de haber sido uno quien llevaba la razón, esto se logra cuando se ama el bien común, el bien mayor, la misión que hay por delante y no el ranchito personal...

Así que erradicar el chisme implica una actitud no posesiva sino de servicio, valentía, resposanbilidad y humildad (por decir algunos...) No es fácil. Creo que casi cualquiera puede voltear al techo y buscarle defectos, cosas que le gustan... pero solo un arquitecto o un ingeniero será capaz de ver las verdaderas bondades de ese techo (si las tiene), es decir, CUALQUIERA puede quejarse y pocos saben encontrar lo que hay de loable. ¿Te atreves?


ZENIT - El padre Cantalamessa sugiere “prohibir” los chismes

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