miércoles, 29 de junio de 2011

Santos de la fuerza y debilidad, santos para el hoy de tu vida.

 Santos Pedro y Pablo, columnas de la Iglesia. Muy bien. Pero... vemos en el Nuevo testamento aspectos que al lector poco atento podrían resultarle contradictorios o hasta escadalizarle; Pedro niega a Jesús - estrictamente hablando el pecado de NEGAR a Jesús habiendo sido ya nombrado por Él la roca de su Iglesia y a poquísimas horas de haber jurado dar la vida por su Maestro, es incluso más grave que el pecado de Judas Iscariote...-; por otro lado, Pablo, siendo aún Saulo, da rienda su venia para el asesinato de San Sebastián... y sabrá Dios cuántos otros cristianos perseguidos por él mismo. ¿Y esas son las columnas de la Iglesia?

Pues sí, porque las columnas sostienen a las piedras vivas (nosotros) que no somos muy diferentes, ellos, llenos de miserias y debilidades, llegaron POR GRACIA DE DIOS y honesta colaboración de su parte, a ser santos. Pedro, de ser el cobarde que niega a Cristo, llega a ser LA ROCA sobre la que se construye una Iglesia que tienen en su haber 2000 años de ataques de dentro y de fuera, de santos y de pecadores, de luces y sombras... ¿si esto nos es de Dios cómo me lo explican? Pablo, de ser "el perseguidor" llega a ser El Apóstol, el incansable predicador... digamos que Dios hizo un "derroche de creatividad" con el camino por el que los llevó a la santidad, siendo el diametralmente contrario al que llevaban, a su debilidad. 

Y aquí es donde se nos interpela ¿cuál es tu mayor debilidad? lo que menos te gusta de ti, sino lo que sabes que más te aleja de Cristo, aquello con lo que más lo lastimas aunque no quisieras que fuera así... vanidad, sensualidad, abuso de alcohol u otras sustancias, soberbia, mentira, envidía, robo... puede ser (y la Biblia no me deja mentir) que ESE sea el camino por el que Dios te llevará de regreso a Él, y la lucha por amor es la santidad, no la perfección, sino la lucha honesta por amor, al margen de los resultados, la lucha es de uno, lo logros son de Dios.

Así que es un día para renovar la esperanza, ¡claro que hay un sitio para mi en la Iglesia! ¡Claro que Cristo me quiere santo! Y si Él está conmigo ¿quién contra mi?

Ah...y es día de mi santo...=)

1 comentario:

Ma. Guadalupe Valadez Espinosa dijo...

Exactamente es día de San Pedro y San Pablo.... un dato que hasta ahora sé del porque el Papa o el vaticano radican en Roma es porque San Pedro murió en ese lugar... La misericordia y el poder de Dios se plasma en que nos da un lugar aunque a veces no merecido, él es compasivo y nos ama.