sábado, 16 de julio de 2011

Viernes peatonal "El viejito"

Sí, título de lotería en feria, espero no tener que poner nunca "el borracho"....

De mis andanzas por las calles de Monterrey a una temperatura por ahora muy amena.... zante, suelo ver muchas, muchísimas cosas que quisiera compartir casi en el momento, y ahí valoro más los beneficios de los medios modernos de comunicación... no pude llegar a ningún lugar con wi-fi, ni tampoco, quizás era para tanto la prisa en todos los casos, quizás en ninguno, pero en lo más  probable es que a veces sea mejor dejar reposar lo que uno ve, interiorizarlo (salvo en caso de que se esté tratando de memorizar una dirección o teléfono, definitivo, eso sí que hay que fotografiarlo o anotarlo en el momento...) y ver como el peso va llevando lo "macizo" más al fondo... (si alguno considera que mi ejemplo no es del todo claro... piense en agua de tamarindo o de horchata... no para distraerse... sino para hacerse a la idea de lo que son los sedimentos).

En fin, de los mil ejemplos que recojo por las sufridas banquetas de la calle de Vasconcelos (nota, casi paralela a su prima rica que es la Calzada del Valle, geométricamente diríamos que son calles paralelas pero son universos para...genios pues es de no creerse como cambia la cosa en tan pocas cuadras) en fin, regreso al punto (cualquier desvarío superior a lo habitual atribuyanlo a la insolación...) Al pasar por enfrente de la Iglesia de San Francisco, veo a un señor, no muy diferente al de la imagen que anexo (¡gracias google imágenes!), muy pobre, muy débil y con una GRAN sonrisa se persignaba y mandaba besos hacia la Iglesia (estábamos en la banqueta de enfrente, no sé si serán 300 mts o más de distancia), feliz, no sé que farfullaba, porque el rollo no era conmigo, pero él estaba feliz... ¿Loco? No lo sé, pero feliz sí y casi me atrevo a decir que agradecido con Dios por algo.

Lo veo y sinceramente me conmuevo de ver gente así de libre, de feliz... pero su pobreza duele... dolor ajeno... para variar ¿qué tanto podría darle de lo que llevaba conmigo? Además de que me acerqué no para hacer un "acto de caridad", ese me lo había ganado él a mi, sino para estar más cerca de alguien así de valioso, y solo atino a darle una botella de agua (no pretendan cruzar toda esa calle a medio día y sin agua... mucho Oxxo y mucho Seven pero poco cash...), le doy la botella junto con un sincero apretón de manos, palmaditas en el hombre (estaba muy frágil el amigo, no lo fuera yo a lastimar) y "qué Dios lo bendiga", entonces él que sí me sonrío y dio las gracias muy amable pero sin mayor "extrañeza", vuelve la vista hacia la Iglesia y continua su cariñosa conversación gesticulando algo así como "¿Ves Señor, ves que tengo mucho que agradecer?" y de pantalla de fondo pasaban autos de marcas y precios que este amigo no alcanzará ni a imaginar ¿tan felices y agradecidos como él? No lo sé. Espero que alguno sí.

Fue la mejor oración que he presenciado -sin duda las habrá a montones, pero esta fue ante mis ojitos- en mucho tiempo. Gracias Dios.

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