jueves, 22 de noviembre de 2012

Dios a veces habla en alemán (no sé alemán)

En días pasados fui con una amiga muy querida a una "pasada" de concierto, como se dice en España. Un coro espectacular, 38 voces, tenor, soprano, piano tocado a cuatro manos, era el réquiem de Brahms. Sublime.

Y el entorno era de por si maravilloso, la Iglesia de Los Jerónimos en el centro de Madrid, justo detrás del museo del Prado.

Como era de esperarse nos entregaron a penas llegar el programa, en el que se incluida una breve ficha de la obra, del director, del coro, etc., además, por supuesto, del listado de las partes del réquiem que se iban a interpretar, texto a dos columnas, una en alemán (como fue compuesto) y las traducción al castellano. Al ser textos de la Sagrada Escritura todos me eran "más o menos conocidos", unos muy más... otros muy menos, interesante caer en la cuenta de esto en la iglesia que hace honor a ese GRAN santo que decía que el desconocimiento de la Palabra es desconocimiento del mismo Cristo, y que nos dejó la traducción de la Biblia que se conoce como Vulgata, por ser para uso de un público mayor, para ser más difundida.

Pues así estaba yo, felizmente acompañada por esta amiga que también goza de lo bello y disfrutando del concierto. Trataba de "pre leer ágilmente" el texto en español para luego poder atender solo a la belleza del sonido. Y fue ahí donde pensé que (adelanto todos mis respetos a quienes hablan alemán...) no siendo un idioma precisamente dulce al oído, era una obra de arte en composición e interpretación que lograran suscitar sentimientos, afectos, de ternura, de compasión,... Lo propio de un réquiem, de una misa que busca ser una bella despedida.

De ahí esta idea peregrina: que a veces Dios me habla en alemán, consciente de que yo no hablo alemán... recalco. De que lo puedo llegar entender "en tanto y en cuanto" le vea semejanzas con el inglés, o mejor aún, con el castellano. Sin embargo sí que logro enterarme en esas ocasiones qué espera Dios de mi, no lo sabré "traducir textualmente" pero lo experimento, como tantas veces sucede en la naturaleza, lo conozco por sus efectos secundarios.

Palabras que leidas pueden sonar realmente mal... cantadas y de ese modo... bueno, son todo un bálsamo para el alma. ¿A ti no te habla a veces Dios en un "idioma" que no conoces? Pues te dejo el dato por si te sirve, si no entiendes cada palabra... atento a qué deja en tí, qué sacude en tu interior. "Dios nunca deja en paz, pero siempre deja LA paz".

1 comentario:

Ma Guadalupe Valadez Espinosa dijo...

Hola! Miss Paulina, siempre he creído que el día en el que Dios me hable será en mi idioma otra cosa muy diferente es que lo podemos apreciar y sentir cuando valoramos lo que nos regala.
Gusto en saludarla.