Albert Espinosa ha sido para mi una muy grata sorpresa con este libro ágil, sencillo pero no simplón, lleno de "dejavùs" y de chistes locales entre los personajes. La trama más que desencadenarse, podemos decir que es como una carrera de relevos, "hasta aquí llego yo, toma la estafeta y sigues tú", con narraciones retrospectivas, solo las justas para dar un paso al frente (me recuerda a ese ejercicio que hacíamos en clases de educación física, creo que lo llamaban "lineas vietnamitas", en que corres a un determinado punto, regresas a inicio, a correr nuevamente solo un tramo más y nuevamente al inicio)Difiero de varias reseñas en que se le categoriza como libro de "superación personal" (aunque muy bien si alguien se ha "superado personalmente", creo que toda buena lectura, así como toda lectura bien hecha aporta ese mismo beneficio).
El protagonista del libro se nos muestra desde un inicio y al mismo tiempo el lector reajusta el lente varias veces conforme avanza, eso genera apertura no de "suspense" sino de capacidad de asombro... apertura sencillamente. Y eso siempre viene bien, en los libros y en todo lo demás.
Libro que habla de libros, de boleros, de faros, de fotografía y de buenas películas, que genera y rescata buenos recuerdos. Una lectura para un rato amable, para dejar el libro con un muy sereno sabor de boca (con claras ganas de volver e ver ciertas películas, escuchar ciertos boleros y buscar ciertos faros... con sus adjetivos, los que el lector sepa ponerles).
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