domingo, 2 de septiembre de 2012

El punto y la cruz del punto de cruz

Ser parte de un clan. Acabo de conceptualizar que eso es lo que me pasa con muchas de mis muy variadas aficiones. 

Para sopresa de muchos, me encanta bordar punto de cruz (dicen que no me va... no sé a quién sí le va...), pero en fin, desde chica (creo que desde los cuatro para cumplir cinco años), recuerdo que me entretenía barbaridades con mis bordados. En previsible, en mi familia por la parte femenina (de ambas familias, Nuñez y Jiménez), TODAS tenemos por lo menos uno de estos cuatro (y algunas super dotadas, tienen todos): manualidades, lectura, cocina, fiesta (música y traguitos) y fotografía. Yo tengo muy marcados tres... y carezco del todo de la cocina, en el área de manualidades, soy categoría amateur en comparación con casi todas, y pobre ilusa bien intencionada en relación con Coco, mi abuela materna (para mi mezquino consuelo, ella cocina AUN menos que yo, pero en todo lo demás, me supera de calle).

En fin, que fui a comprar unas hilazas (aquí empieza una parte de selección natural de las especies...), NO, no son hilos lo que se usa en el BUEN punto de cruz, NO, es cualquier marca, es DMC sí o sí, NO, no da lo mismo dos hebras que tres, NO, no es indistinto dejar las "suturas" bien por delante y por detrás, eso de que "no se verá" no me funciona, lo bordo yo y lo veo yo, suficiente para querer que tenga sentido en derecho y revés. 


Y todo eso lo vi cuando una de las dependientas sacó su flamante catálogo de DMC para darme el número exacto, una señora que de hecho estaba bordando cuando yo entré a su negocio. Y eso es otro punto y cruz del punto de cruz, SE BORDA, no de coce, no se teje... por algo el español tiene tantos y tan precioso vocabulario. Cuando alguien me ve en plena acción puntocruceadora y me dice "¿qué estás tejiendo? ¿qué estás cociendo? o... ¿sabes hacer bastillas?", yo respiro hondo, recuerdo las muchas cualidades de la interlocutora y... "la llevo a la luz".

Ya ven, el punto de cruz nos hace un clan, un gremio de iniciadas (y uno que otro iniciado, que no se anima siempre "salir del costurero", valga la referencia) No quito el hecho de que gracias al punto de cruz y a la gente amable que me rodea, he podido salir de más de un apuro económico, ¿cómo no querer al punto de cruz?.

Y hasta aquí con estas ideas que entiendo yo y sean leídas por algún insomne y quizás por mi mamá... público fiel de mis escritos y crítica objetiva y exigente de mis bordados. Estos son algunos puntos y cruces del punto de cruz.



PD: Haber hecho un "gatito" o un "trapo de cocina" con motivo del día de las madres no da la nacionalidad en Punto de Cruzlandia, solo pase de turista...


1 comentario:

Angela dijo...

Hacer labores en punto de cruz me encanta, aunque hace tiempo que ese campo lo tengo abandonado, hace años hice muchas cositas.

Saludos