
Durante el pontificado de Juan Pablo II creo que de algún modo los católicos mexicanos "nos mal acostumbramos" a sus muchas visitas y a la respuesta generalizada de acogida al Papa, yo la primera, lo sé. Y sin duda que esas cinco visitas fueron grandes regalos, grandes lecciones, grandísimas gracias.
Ahora viene Benedicto XVI, y personalmente no lo veré pues no estoy ahora en México..., pero por supuesto que estoy feliz y agradecida con la visita. Y no me extraña, sorprende o escandaliza el que haya gente que se oponga, que manifieste su desagrado. También le sucedía a Juan Pablo II, más notoriamente en otros países... y, dato importante, no existían las rápidas redes sociales que ahora sí tenemos. Por lo tanto ¿que la oposición sea realmente mayor? No lo sé con certeza, pero me parece que no, sino que ahora, esas voces tienen "micrófono" como lo tengo yo, consecuencias de la libertad de expresión que debemos de asumir maduramente y sin ánimo apocalípticos.
Uno de los argumentos más empleados (y sin duda, en muchos, de buena fe), ha sido que es un derroche que el país no puede y debe permitirse ahora. Mmm... dejando claro el presupuesto de que para mi, la visita de un Papa a México tiene sobre todo un valor espiritual, pastoral, pongamos los argumentos en el mismo rastrero, el planteamiento económico.
Sin duda (y también sin intención...) dejaré puntos sin considerar o comentados apenas superficialmente, pido disculpas de ante mano y acepto/agradezco que me lo hagan saber:
1. La visita del Papa tiene un costo, no sé la cifra exacta, pero sin duda que no será poco. Y igual que no es poco lo que se gasta cuando un jefe de estado viaja a otro país. El Papa es primero que nada Vicario de Cristo, pero es también jefe del estado Vaticano. Es fácil decir "que el Papa venda todo y lo de a los pobres", pues si en ese todo se refieren a, por ejemplo, las obras de arte de la Iglesia... hay tela marinera de dónde cortar... no son del Papa, no son objetos meramente ornamentales (sino de culto y con valor histórico y cultural incalculable...), si alguien en Roma quiere ver "La Piedad" de Miguel Ángel, no paga ni un euro para entrar a San Pedro, si otro en París quiere ver a la Monalisa... o en Madrid la Meninas de Velázquez... más de un euro... se los aseguro. Y me parece bien de parte de los museos ¿cómo sino podrían cuidar de estos tesoros? Pero no he visto a nadie reclamar a su gobierno que "venda todo", aún en gobiernos que hablan abiertamente de erradicar la pobreza. Y un largo etcétera.

3. No habrá manera de registrar exactamente los ingresos, pero cualquiera que haya estado en un evento masivo en México sabrá que ahí habrá dinero en abundancia... no dudo que mayor que el "gasto" que levanta algunos gritos. Y que ese ingreso, llega de modo DIRECTO a quien lo necesita... quisiera poder decir que los impuestos también lo hacen... ¿Y si el Papa no viniera ese MISMO dinero lo usarían para...?

En fin, se quedan varios puntos en el cíber tintero... ahí les van estás primeras reflexiones. Que tengan excelente inicio de semana.
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