martes, 19 de julio de 2016

Camino a #Krakow2016 Día 1 Misas en Praga

Más tarde, ya en Praga, entramos en una iglesia preciosa para asistir a misa... En checo. No se entiende nada. Nadita. Y eso da origen a otro tipo de fervor, atención extra para seguir las respuestas mentalmente, más fe de lo que de por sí ya implica. Una misa solemne en que no entendimos nada pero de la que pudimos participar. Poco más tarde pudimos tener misa con algunos de nuestro grupo, ahora en castellano pero en una sencillísima sala del hotel con permiso extraordinario del párroco por razones de la peregrinación. En esta segunda entendí todo, podía seguir con naturalidad y era conmovedor en su extrema austeridad.

Y nuevamente pensar en que lo mismo puede pasar en la vida espiritual. Como en la misa en checo, cuando sabemos qué es lo que Dios busca, es decir, nuestra felicidad verdadera, el no entender las formas no nos impide poder secundar ese trato amoroso aún en situaciones duras. Por el contrario, en otros momentos Dios nos hablará con suma sencillez y sabremos que ahí también es Él...
Conocer su Voz hasta tal punto que le reconozcamos y le comprendamos aún cuando sea difícil de entender, sabiendo lo que ama.

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