No entiendo de jardinería, no sé de la magia que permite dar fruto,
pero sé de anhelos y de gozos, yo anhelo y gozo del fruto prometido
y también, del inesperado.Y quizás de ahí mi anhelo de llevar a mis queridos
como injertos a otro sitio, a otro momento de mi historia,
y ver cómo esa savia pasada alcanza ramas nuevas,
y da frutos a la vez del todo nuevos y a la vez,
desde siempre conocidos.
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